La Leyenda del Embajador





Una noche, en un país muy lejano, se encontraba un Embajador admirando el cielo estrellado y soñando en crear la mejor cerveza del mundo, su gran pasión. Cada noche se sentaba bajo el mismo viejo roble a mirar las estrellas e imaginar lo que podría encontrar para sus recetas si saliera a viajar por el mundo y conocer nuevos horizontes.

El Embajador tenía una estrella favorita, cada noche esperaba hasta encontrarla de nuevo, brillante y más grande que cualquier otra estrella en el cielo, le gustaba quedarse toda la noche admirándola hasta que el sol saliera y despedirse de ella hasta la noche siguiente.

Una noche mientras la admiraba, el Embajador decidió que era el momento de emprender un viaje, uno que cambiaría su vida para siempre, así decidió seguir a su estrella, él pensaba que si la seguía encontraría un lugar mágico lleno de vida y nuevas cosas que conocer.

Pasaron los días y el Embajador ya había recorrido muchos pueblos distintos, pero ninguno le había convencido lo suficiente para quedarse, siguió siendo fiel a su estrella con la esperanza de que ella hiciera lo mismo y le mostrara el camino hasta su verdadero destino.

Una mañana, el Embajador se despedía de su estrella mientras sentía como el sol empezaba a calentar el paisaje cuando observó que su estrella se empezaba a esconder justo en la punta de un gran cerro, en ese momento lo supo, su estrella le estaba enseñando el lugar exacto donde encontraría su destino.

Al llegar al lugar, el Embajador encontró un bello pueblo lleno de vida, colores y aromas distintos a cualquier otro lugar que conociera en el mundo, caminando por sus calles se dio cuenta que su gente era especialmente cálida y cariñosa, todo el pueblo lo recibió con los brazos abiertos haciendo que el Embajador se sintiera como parte de ellos desde el primer momento.

Agradecido, el Embajador decidió darles un regalo, algo muy personal que pudiera demostrar su amor hacia ese pequeño pueblo que ahora se había convertido en su hogar, de esta forma comenzó a realizar su cerveza agregando a sus recetas ingredientes que nunca había visto antes, pero que en su nuevo hogar abundaban por todas partes, así creo recetas únicas en el mundo, cervezas que mantenían la producción clásica del Embajador, elaborando cerveza únicamente con agua, malta de cebada, lúpulo y levadura, agregando ese detalle especial de su bello hogar, Salvatierra, Guanajuato.

En la actualidad, Cervecería Embajador es fiel a estas recetas de la misma manera en la que el Embajador fue fiel a su estrella hasta encontrar su verdadero destino, cuidamos la producción siguiendo con pasión y excelencia las enseñanzas del Embajador y generando así estilos diferentes y únicos en su tipo.

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